Atlético Tucumán llegó a La Paternal con una racha de un triunfo y tres derrotas en los últimos cuatro partidos. Suena muy mal, sobre todo por lo que venía mostrando el equipo después de la Copa América con varias victorias en fila.

El parate por la fecha FIFA en septiembre derrumbó todo lo que el equipo venía edificando. Tras el 4-1 con River y el 4-2 contra Belgrano, Facundo Sava entendió que era momento de cambiar algunas piezas que no estaban encajando. Sumado a la lesión de Juan Infante que había jugado como titular los últimos 10 partidos, el DT plantó una defensa completamente nueva en La Paternal, con todo lo que eso significa.

Néstor Breitenbruch (en lugar de Moisés Brandán), Gianluca Ferrari (por De los Santos), Nicolás Romero y Matías Orihuela (por Infante) fue la defensa titular que mantuvo la valla invicta en el Diego Maradona. Un dato muy alentador si tenemos en cuenta que le habían convertido ocho goles en los últimos dos juegos. El resto del equipo fue el mismo que cayó contra el “Pirata”, también era lógico que esto suceda.

El “Decano” viene con buenas producciones de mitad de cancha hacia adelante, aunque ayer estuvo con la pólvora mojada y tuvo dos remates en los palos. El planteo de Atlético fue más cauteloso que los anteriores. Ya sea por las dimensiones de la cancha o la necesidad de cuidar el cero en su arco, el “Decano” no apostó al golpe por golpe.

En el primer tiempo, sin embargo, se vio un juego más dinámico, con situaciones para los dos equipos y con los palos como protagonista negando emociones; todo parecía indicar que el segundo tiempo también sería entretenido, pero eso estuvo alejado de la realidad.

Con el correr de los minutos los equipos empezaron a enamorarse del empate y por eso bajaron la intensidad. Para colmo, los 10 cambios no le cayeron bien al partido. Varios jugadores salieron lesionados y el juego estuvo muy interrumpido. Atlético peligrosamente se replegó y apostó a los contragolpes. De hecho, por las lesiones (Breitenbruch y Romero) el equipo terminó con línea de cinco en el fondo con Tesuri (después Castro Ponce), Flores, De los Santos, Ferrari y Orihuela; así Mateo Coronel y Nicola quedaron muy aislados y cada vez que se encontraron con la pelota tenían al “Ruso” Rodríguez muy lejos.

Las sensaciones del complemento para Atlético fueron similares a la del partido con Rosario Central. En aquella ocasión el equipo se conformó con el empate y lo terminó perdiendo; esta vez con un 5-4-1 terminó bien refugiado en el fondo y con un Tomás Durso que tuvo una noche tranquila.

Lo importante en esta visita era cortar la racha de derrotas, pero fundamentalmente los goles en contra. Misión cumplida para Sava y compañía, que el lunes, ante Tigre, deberá empezar a edificar nuevamente, pero sobre una base más sólida.